¿BAJARÁN LOS PRECIOS?
Por: Roberto Rodriguez
Marchena
Martes 28 de Octubre de 2008
Deberían, pues en el mercado mundial han bajado,
por mencionar algunos, los del petróleo, fertilizantes, maíz, trigo,
sorgo, acero, cemento y el peso dominicano no ha perdido valor frente al
dólar. Las importaciones desde Europa se han abaratado pues hoy el euro
siguió su tendencia a la baja y se cotizó a US$1.24.
¿Qué podría impedirlo? Por un lado, el costo de
alquiler del dinero (las tasas de interés) con el que se producen bienes
y servicios, que subieron –y se mantienen todavía- como resultado del
excesivo gasto del gobierno nacional hasta mediados de año y los
aumentos de precios de bienes y servicios extranjeros que dispararon el
costo de las importaciones y la caída del valor de las exportaciones.
Por otro lado, el precio la energía eléctrica, en la que se desperdician
miles de millones de pesos en subsidiar un servicio malo, caro y escaso.
Si el gobierno mejora la calidad del gasto público,
es decir, logra hacer más con la misma cantidad de dinero, reorienta la
política del Banco de Reservas, capitaliza al Banco Agrícola y al
Promipyme, entrega recursos a Proindustria, contribuirá a destrabar el
tranque que se origina por la actuación solitaria del Banco Central.
Habría que evitar la generalización difusa, injusta
e incierta que sostiene que los dominicanos y dominicanas consumen por
encima de sus posibilidades, cuando en realidad el 75 % de la población
está gastando por debajo de sus necesidades, otro porcentaje –familias y
negocios de clase media- batallan para no caer en la quiebra que
significa convertirse en pobre o cerrar el negocio.
La pedagogía punitiva de altas tasas de interés
generalizada como instrumento para frenar un alto consumo inexistente en
más del 90 % de la población, es la peor manera –mediocre podría
agregar- de resolver el déficit de la cuenta corriente de la balanza de
pagos y proteger el valor del peso, porque perjudica a todos los demás,
simplemente porque no se logra concertar la acción del Banco Central con
las Hacienda, Economía/Planificación y el Banco de Reservas.
La pedagogía punitiva de las altas tasas de interés
generalizada castiga el esfuerzo productivo y recompensa a los que no
saben ni quieren hacer otra cosa con el dinero que tenerlo depositado en
un banco.
La única manera de bajar los precios de bienes y
servicios y sostenerlos en el tiempo es estimulando la producción y
elevando el consumo de las familias, a través de más y mejores empleos.
No hacerlo es perder tiempo, seguir apostando al
espejismo de un crecimiento malo (intermediación financiera y
comunicaciones) y castigar precisamente a quienes las políticas públicas
deberían estimular y recompensar.
Su comentario sobre esta
opinión |
Evite los insultos, palabras soeces,
vulgaridades o groseras simplificaciones |
|
|
|
|