Opinión

 

AGRIPINO NÚÑEZ Y LA CULTURA DEL DIALOGO

Por: Fernando Peña
Miércoles 18 de Junio del 2008

Todos reconocemos en Agripino Núñez Collado el hombre que ha ideado un método político que nada tiene que envidiar a la gran diplomacia: el método de la Concertación, palabra que de acuerdo al diccionario Larousse aparece definida a nivel de “concertar”, esto es, que lo de concertación es una ingeniosa palabra “dominicana” con un contenido dominicano que sólo, valga redundar de nuevo, es entendido por los dominicanos.

Porque “negociación” es el término de uso universal cuando dos o más partes buscan un arreglo, como es el caso de los conflictos internacionales o internos a un país. Esta palabra es sin dudas la clave de la diplomacia, donde se habla de que en base a las negociaciones se logra convertir la política en “el arte de lo posible”.

Pero “Concertación”, que viene de concertar que a su vez es definido entre otras acepciones del diccionario como “traer a la diversidad de fines cosas diversas”, es un termino cuyo significado real en esta línea de definición se lo ha dado en Republica Dominicana monseñor Agripino Núñez Collado en su ya prolongada gestion política, laboral y social.

Cuanta veces se hace uso en los medios de comunicación de la acepción en cuestión, siempre aparece Monseñor como actor principal, sin que esto quite meritos a las dos partes fundamentales de este importante logro de la democratización de la sociedad dominicana, que son los sindicatos, centrales sindicales, las instituciones del empresariados, como el Consejo de Hombres de Empresa, instituciones regionales de importancia como el Consejo Regional Empresarial (CREEN), los partidos políticos, etc.

Es decir, monseñor Núñez se ha especializado en la cultura del dialogo, como se dice, como forma de aportar esfuerzos y energías para la paz social que es el fundamento de la paz política.

La historia esta ahí, ella es la mejor confirmación de todo esto, todos coinciden o coincidían en que sin monseñor Núñez muchos prejuicios y diferencias emocionales más que de fondo, jamás habrían sido superados, pues es él o era siempre, el intermediario adecuado para que gente desconfiada entre si hayan hablado en un ambiente de gran confianza y esperanza.

Ah! Y ha sido delegado de la de la Iglesia católica en gestiones por acuerdos de comportamiento pacifico y civilizado en diferentes procesos electorales y ha participado como elemento protagónico en “crisis” que se han dado en la JCE.

Ahora, monseñor Núñez ha exhortado al liderazgo nacional “a recuperar su capacidad de dialogo, con generosidad y altura”, ahora, precisamente ahora, cuando el gobierno se ve en aprieto por la crisis internacional que se le viene encima.

Y dice monseñor Agripino Núñez Collado, rector de la PUCMM, que con ello se puede hacer posible el bien común de la nación antes que los intereses personales y grupales.

Pero donde estaba nuestro querido monseñor, qué hizo y qué dijo, cuando desde el gobierno, de manera personal y grupal se usaron de manera descarada los recursos del Estado para imponer el continuismo de Leonel Fernández. Denunciado  esto por organismo internacionales.

Qué hizo y qué dijo, por qué no exhorto al liderazgo nacional al dialogo, cuando desde el gobierno se invertían millones de pesos para destruir al PRSC, comprándole  sus principales dirigentes a nivel nacional para que apoyaran la reelección.

 ¿Qué dijo de la famosa nominilla?

¿Qué dijo del famoso préstamo de la Sun Lan?

Con todo el respeto monseñor, pero la gente ve su llamado como una parcialización  hacia Leonel y el gobierno. Si ellos pensaran en el bien común de la nación, no en sus intereses personales o grupales, habrían actuado en la pasadas elecciones con ética y mejor capacidad de dialogo.

Ojala puedan dar un testimonio de concordia, de unión y solidaridad.

Difícil, pero no imposible.

Usted ha logrado constructivos acuerdos en asuntos espinosos de nuestro arco iris político, económico y social.

Ante la situación de crisis económica, social y política que pudiera venir por las alzas del petróleo a nivel internacional, sería bueno que usted monseñor propiciara una concertación para definir una Agenda Política, que define objetivos y tareas, que unifique propósitos para buscar acuerdos sobre la prioridades del país.

Talvez se pueda, antes que nada, lograr acuerdo para legislar sobre la penalización de la utilización de los recursos del Estado en campaña, para politiquear, así como el uso racional de la publicidad y propaganda oficial en campaña política, la compra y sonsacamiento de opositores desde el gobierno.

Todavía está pendiente una verdadera  Reforma Política en nuestra sociedad.

Termino este comentario con unas palabras suya, monseñor Núñez: “hemos arrastrado el lastre de una permanente confrontación, de una agotadora e insensata división. Nuestros males son una inevitable secuela de egoísmo y de considerarnos autosuficientes para ignorarnos los unos a los otros. Creo que con el dialogo hemos encontrado un camino mutuo y al logro de acuerdos orientados a la construcción de una mejor Republica Dominicana”.

El Autor es Periodista.
f[email protected]

 

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