AFIRMAN CARLOS
MORALES TRONCOSO CANDIDATO CONSENSO PRSC
Por: Sergio Acevedo
Martes 16 de Junio de 2009
El consenso es una aspiración
con la que cuentan las personas de buena voluntad para resolver
problemas espinosos y complejos en las organizaciones sociales,
procurando mediante el mismo un advenimiento entre las partes en
conflictos y como una vía de evitar la ocurrencia de traumas que,
eventualmente, puedan dañar al conjunto.
El consenso no es una salida
democrática, aunque se acepta como un mal menor ante el peligro que
pueda significar para el grupo la asistencia a un evento –en este caso
la asamblea- en donde la correlación de fuerza, aunque está definida
hacia un solo lado, la imposición podría afectar a sectores minoritarios
que son necesarios para la culminación exitoso del proceso que se
persigue, esto es, la reunificación y el relanzamiento del PRSC.
El consenso solo puede ser
eficaz cuando existe en el grupo un alto nivel de participación y de
confianza, lo que no está sucediendo en el PRSC si se observa que la
tarea de escogencia de los integrantes de la terna que marcará dicho
consenso recae básicamente en el ingeniero Antun y sus parciales.
Mientras que la otra parte,
consustancialmente mayoritaria, ha declarado que ha sido marginada del
proceso en virtud de que no ha sido consultada ni tomada en cuenta en la
elaboración de la plancha.
La posición de Antun es
cónsona con su estilo, y en esta circunstancia es de vital importancia
para su sobrevivencia la necesidad de que él logre algún nivel de
representación en la plancha, en virtud de que en el actual proceso su
capacidad de toma de decisión se tornaría considerablemente reducida si
el método fuera el de unas primarias abiertas.
Esto es debido a que no
tendría votos para alcanzar ninguna de las posiciones estelares, ya que
los votos de Amable, su patrocinador, está comprometidos, principalmente
con Carlos Morales Troncoso.
Existe, sin embargo, un
potencial peligro en la confección de la plancha, ya que si se prolonga
el empeño en que grupos minoritarios decidan por la mayoría, la decisión
puede estar afectada de falta de representatividad.
Esto último seria fatal para
la organización debido a que las confrontaciones internas se
acrecentarían en tal magnitud que pondrían en riesgo la existencia de la
entidad, debido a su debilidad intrínseca.
Lo sabio seria celebrar una
cumbre entre todos los dirigentes cabezas de grupos, y que sean ellos
los que diseñen el mecanismo de elaboración de la plancha y negocien su
composición, porque en verdad que sería un absurdo que esos líderes no
tengan una participación activa en este proceso en donde ellos son los
protagonistas.
Esta reunión de líderes puede
transmitir un mensaje positivo hacia adentro y afuera proyectando una
unidad que luego será vital para abordar los problemas que tiene el PRSC
en su trato con la sociedad.
No puede hablarse de consenso
mientras existan grupos disidentes como es el caso de Héctor, Alexandra,
Ito, Modesto y hasta el propio Amable, los cuales, aún siendo los
lideres más representativos de la entidad política, se quejan de que no
han recibido los niveles de participación adecuados, en relación al
interno que ellos mantienen.
La dirigencia formal del PRSC
debe entender que en este proceso el protagonismo no debe ser de ella,
sino de otros actores, y que la misma debe concentrarse en la gerencia
del proceso para que el mismo cumpla con todos los requisitos exigidos y
no sea motivo de conflictos que luego el partido no pueda resistir,
porque todo el mundo sabe que el PRSC no soporta en los actuales
momentos otra división.
La posición de una parte de
los que reingresaron de abierto rechazo a Carlos Morales se interpreta
como una actitud política que procura la apertura de un proceso de
negociación del cual ellos puedan derivar las mejores ventajas.
Es una posición entendible y
no tiene nada de original, puesto que esa ha sido la norma en otras
organizaciones en el país y en el exterior. Es una postura válida, pero
la misma debe manejarse con cuidado para no entorpecer el aspecto
principal que es la presidencia de Carlos Morales.
Don Carlos, cierto es que no
es un hambre de traqueteos políticos al estilo de un activista como lo
ha sido Amable, Quique, Leger, Humberto y otros reformistas, pero nadie
puede negarle que es el reformista que cuenta con mejor imagen,
credibilidad y vínculos para encabezar el proceso de renovación y para
convertirse en el candidato de mayor posibilidad para el retorno al
poder del PRSC.
En política los trabajos se
reparten y se especializan. Unos sirven para leña y otros para hacer
carbón. Carlos pertenece a esa estirpe de líderes curtidos en la tarea
de Estado, en el manejo de los altos asuntos de la Nación, como lo fue
Balaguer. Nuestro líder histórico nunca salio a formar un comité de
base, porque esa tarea estaban reservada para otro tipo de dirigente.
Los aprestos de formación del
PRSC recayeron en figuras como Don Augusto Lora, Raúl González, Eudoro
Sánchez, Papi Estrella, Reynaldo Montes de Oca, Bello Andino, Fernando
Álvarez y otros. El líder, incluso, fue juramentado en Puerto Rico
debido a que se encontraba en el exilio.
Carlos Morales, asimismo, está
reservado para el manejo del Estado, para la aglutinación de recursos y
voluntades, para fijar la imagen del PRSC ante grupos fundamentales de
la sociedad- ¿Qué otro reformista puede concurrir a buscar ayuda
económica ante amigos y empresarios con los auspicios de Carlos? ¿Quien
puede proyectar esa imagen prístina del reformismo soñado por Balaguer
con mejores augurios que Carlos? Hay que dejarse de pendejada, si
queremos hacer un partido poderoso y con perspectivas de Poder, el
consenso se llama Carlos Morales Troncoso.
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