DIGNIDAD

MANUEL MEJÍA HOMBRE DE TRABAJO QUE DIGNIFICA LABOR DE PANADERO

Por: Humberto Francisco

Lunes 19 de Enero de 2009    

ALTAMIRA:-Manuel Mejía, está más que consciente, “que el trabajo dignifica al ser humano”. No en vano, recuerda aquella frase que con frecuencia dejaba escuchar en los tiempos de Trujillo y que es atribuida al desposta de San Cristóbal, “mis mejores amigos, son los hombres de trabajo”.

Mejía, un  vendedor de pan, recorre bien temprano cada mañana, los campos del municipio de Altamira y el ingenio Amistad, Imbert, pregonando su producto “encantado de la vida”, labor que según dijo “nos produce satisfacción y no la cambiamos por ninguna otra actividad en esta vida”.

Mejía, llevando en sus hondos sus cestas de fundas de pan cual si fuese una cruz a cuesta, recorre unos 25 kilómetros por esos campos, los siete días de la semana, labor que para su persona representa el “deber cumplido y la satisfacción que no dejamos de visitar ningún rincón para regar como el maná el pan que vendemos a cada familia”.

Explicó siempre ha sido fiel a su patrón con quien tiene 26 años trabajando como panadero de camino, labor que  la considera digna como las demás que se desarrollan en esta sociedad y para cualquier persona que no quiera caer en el mundo de los vicios.

Mejía no percibe sueldo por realizar esta labor, a no ser un pago de un 20 por ciento de la cantidad de pan que pueda vender en los campos de los municipios de Altamira e Imbert.

Enfatizó que hasta ahora nada lo ha motivado a cambiar de trabajo, porque según dijo no tiene ambiciones como sucede con muchas personas que se dejan arrastrar por la vanidad de la vida y por esta razón han fracasado.

Mejía sostuvo que no deja sus fundas de pan ni siquiera por la princesa  Diana que resucite, porque vender este producto lo considera como un “verdadero sacerdocio”.

Manuel Mejía vendedor de pan en Imbert y Altamira.

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