UN PAÑO CON PASTA A UN "ILUSTRE"
23 de octubre de 2007
Si se multiplica la suma
de 43 millones de euros (700,000.00 pesetas españolas) por 44,
nos va a dar un resultado de menos de dos mil millones de pesos
dominicanos.
Por esos, menos de dos
mil millones de pesos, Mario Conde, ex presidente del banco
español Banesto, fue condenado a diez años de cárcel. Recurrió
ante el Tribunal Supremo español y éste le duplicó la pena, la
llevó de diez a veinte años. Eso sucedió en julio del año 2002.
Eso dice mucho de la
justicia española, mientras desdice de la nuestra. Porque
mientras el ciudadano sufre las calamidades de una situación que
no provocó, los protagonistas encargados de hacer justicia le
pasan un paño con pasta a un proceso cuya culminación debió
haber sido
otra.
Lo cierto es que, al
parecer, la presencia del ilustre, incluyendo sus prestantes
abogados, sobrepasó a la de los encargados de hacer justicia.
Durante el proceso, se
hablaba de un antes y un después de este “juicio del siglo”. Ahí
está el después; una sentencia vergonzosa por lo tibia, vaga,
indiferente, y como se ha dicho, además, "ilógica" y hasta
"contradictoria".
Un país no puede
manejarse de esa forma.
Descargan a los
responsables del caso PEME, descargan a los policías ladrones de
carros destinados a sus queridas y sus allegados, descargan a
todo el mundo o los premian con sentencias maquilladas, mientras
el país se endeuda hasta más no poder y la población pierde las
esperanzas de que sus hijos logren sobrevivir en este pedazo de
isla.
En todos los rincones
del país la mayoría de los políticos, grandes funcionarios o ex
funcionarios, construyen mansiones, compran extensas fincas
ganaderas, edifican casas en las playas y no hay sanción, de
ninguna, ni moral, ni pecuniaria ni de apremio.
¿Hacia donde es que
quieren llevar este pueblo que peca de ignorante y se deja
arrastrar como ganado hacia las urnas cada cuatro años, olvidando
esas decisiones retocadas en favor de esos "ilustres"?
¿Hasta cuándo estaremos
dispuestos a soportar el descaro, la desfachatez de insolentes
que interpretan las leyes según brille el bolsillo del acusado?
¿Hasta cuándo será que la aplicación de las
leyes va a depender de la alcurnia y la riqueza de los
imputados, sin importar el origen de los fondos?
¿Hasta cuándo? No se sabe.
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