LUPERON: TURISMO O INDUSTRIA

25 de Junio del 2008

Localidades de una amplia propensión al turismo como Luperón deben ser salvadas de las manos de los Filibusteros.  La vocación turística de esos terrenos debe preservarse.

Hay que recordar el alto costo que se ha pagado por el establecimiento de la generadora eléctrica en el muelle de Puerto Plata. 

Convirtió a la hermosa Costámbar en un desierto.  Con tráfico de influencias, con visión limitada, aupados por el imperio y, podría ser, unos cuantos de los verdes, se autorizó el alojamiento de la generadora.

Pocos se imaginaron que en el lapso de algunos años la oscuridad del hollín haría desaparecer los encantos de esa parte de la ciudad. Dejó de ser lo que era. Se desvanecieron las ilusiones de muchos jubilados norteamericanos, alemanes, ingleses que adquirieron sus casas en Costámbar con el propósito de pernoctar hasta el fin de sus días en esta tierra santa. 

Se marcharon, ya no están, han dado paso a nuestros vecinos haitianos que copan las calles, ya sea en labores de limpieza o de cuido a residencias abandonadas. 

Ese ejemplo junto a decenas más,  deben servir de base a las autoridades a la hora de sentarse en la mesa de negociaciones. 

Turismo e industria son dos actividades que se estorban la una a la otra, como polos opuestos, son realidades que nunca llegarán a reconciliarse.