Editorial

 

DISTRITOS MUNICIPALES

18 de julio de 2007

Ya no se esconden para proponer sus desaguisados. Ya las propuestas están al desnudo. Se comercia con la política como comercian los que comercian.

Una cosa es cierta, esos pleitos maratónicos por desplazar a los miembros de los Distritos Municipales son controversias económicas más que acciones tendentes al bien de esas comunidades.  Unos cuantos empleos y el poder que generan es lo que está en juego.  

Con un poco de organización y de, aunque sea una pizca de conocimientos de administración,  esos Distritos carecerían de razón de ser.  Pero para eso se requiere sentido de organización y de futuro.  El inmediatismo, el populismo exagerado hasta su punto máximo, hacen posible este tipo de despropósitos.

Ya se había dicho: El fraccionamiento exagerado del poder en las provincias y sus municipios trae consigo la dilapidación de recursos. Podría llegar un momento en que de tantos salarios, viáticos y comisiones, no haya dinero para resolver los más elementales problemas de las comunidades.  

Quizás, los que dicen que el sistema de partidos no está en decadencia, lo están ellos.

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