Editorial

  

LADRONES DE HIERRO Y COBRE

 11 de diciembre de 2007 

Ante la mar, no la ola de robos que se cierne sobre el país, las autoridades deben entender que el ciudadano que paga sus impuestos se encuentra impotente.  

Se roban las tapas del alcantarillado, los alambres de la electricidad, los motores de aires acondicionado y hasta las tuberías de gas.  

Si nuestro país no produce metales, si no tiene minas de cobre, qué hace exportando estos materiales? A diario los ciudadanos denuncian los robos de que son objeto y parecería que son voces que claman en el desierto.  

Nadie está seguro.  ¿Hasta dónde llegarán en su permisividad estas autoridades tibias, flojas y apáticas ante los reclamos de los contribuyentes?

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