EL PIB DE LA CORRUPCIÓN
10 de enero de 2008
La pregunta es, cuál
será el monto a que ascienden las pérdidas que soporta el Estado
debido al manejo indiscriminado de los recursos por el tráfico
de influencias, las comisiones, los regalos por asignación de
obras o compras. En una ocasión alguien dijo que ganar
comisiones por diligencias no era ilegal. Indudablemente hay
corrupción cuando un funcionario se aprovecha de su posición
para obtener ventajas.
La otra pregunta es,
cómo acabar con la corrupción si el ministerio público continúa
atado al ejecutivo. Con qué independencia acusa un fiscal a un
funcionario corrupto si su permanencia en el puesto depende de
la recomendación de ese mismo funcionario.
Si el Estado existe con
la finalidad de proteger al hombre de otros hombres como lo
advirtió Montesquieu, entonces cabria esperar que la separación
de poderes debería excluir ese odioso mecanismo de salvaguarda
para los corruptos.
Mucho se ha hablado de
la independencia del Ministerio Publico. Los que hoy gobiernan,
los que gobernaron ayer y antes de ayer, en algún momento
discursearon al respecto. Pero una cosa es fuera y otra es
dentro.
Cualquier tentativa de
reforma a la Constitución que no contenga la independencia de
esa rama del Poder Judicial resulta trunca para los reales
intereses de la colectividad. La corrupción no se va a detener
mientras la decisión acusatoria de un fiscal se encuentre
supeditada a la voluntad de sus jefes políticos.
¿A cuánto asciende el
costo de la corrupción? Nadie lo sabe. Podría ser mayor que el
PIB de la nación.
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