Editorial

  

 EL MAREMOTO QUE SE LLEVÓ LA SECRETARIA

21 de agosto de 2008

El maremoto que suscitó la denuncia de la renombrada Periodista Nuria Piera en torno a la calidad de la leche que se le sirve a los niños en las escuelas, se llevó de encuentro a la Secretaria de Educación.

Dos sucesos, que se sepa, precipitaron más su caída; la construcción de su casa en la fresca y siempre verde Jarabacoa y sus contestaciones, acres e indecorosas, a los miembros de  la prensa. Fueron severas las advertencias del funcionario puente entre prensa y presidencia, de que no se tolerarían esos excesos.  

Aunque cada cual tiene el derecho, después de muchos años de trabajo honrado, a construir su casa donde le plazca,  sí es preciso aclarar lo concerniente a lo del desayuno escolar.

Después de incontables análisis de la leche-suero repartida en las escuelas, finalmente el Gobierno anunció que no era cierto lo que se decía. El desmentido a las pruebas de laboratorios tan prestigiosos como el de la UASD, en vez de aclarar la situación, la ensombreció.

Una cosa es que el Ejecutivo quiera salir a zancadas de una situación incómoda sin reparar en detalles, otra es, que se quieran esconder cuestiones de interés general por razones de moméntum político.

Autoridades serias, llevarían hasta las últimas consecuencias las investigaciones en torno a ese negocio, principalmente en lo que tiene que ver con la parte económica.  No basta la remoción del cargo, las pesquisas deben profundizarse hasta cuadrar débitos y créditos entre proteínas y dinero pagado por ellas.  

 

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