Las distintas líneas genéticas de gallinas que en la actualidad se explotan reciben nombres comerciales de las empresas que las producen.
Existen tres tipos principales: las gallinas ligeras o livianas, también llamadas aves de posturas o ponedoras, dedicadas sobre todo a la producción de huevos; las semipesadas o de doble propósito, que ofrecen una producción de huevo aceptable –menor que las ligeras-, aunque sus crías son explotadas en especial para la producción de carne para consumo; por último están las pesadas, de las cuales nacen los pollos de engorda que se comercializan como carne.