Hacia el año 1666 la tala inmoderada obligó al shagunato del periodo Edo (que inició en 1603) a reducirla de manera sistemática y volver a plantear árboles.
La administración incluyó no sólo el trámite de permisos para cortar árboles por sectores con la obligación de reforestar, sino además se estudió a nivel académico la administración de la foresta.
Cada villa y su comunidad agrícola tenían la obligación de cuidar los árboles de su zona, estableciendo la plantación de éstos como una forma de agricultura controlada, mientras que los leñadores desarrollaron nuevas técnicas para plantar y cuidar árboles que a la fecha todavía se utilizan.